sábado, 26 de junio de 2010

C.N. "SAN PEDRO" ALMA MATER DE CHIMBOTE

Mensaje de la Promoción “BODAS DE ORO” C.N. “SAN PEDRO”
“Antonio Gonzales Chávez” en el Auditorio de la Municipalidad Provincial del Santa (1960 – 25.06. 2010)

COLEGIO NACIONAL “SAN PEDRO” ALMA MATER DE CHIMBOTE
Por: Dr. Lit. Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
En plena crisis de la II Guerra Mundial, que se inició el año 1939, el Dr. Carlos Salazar Romero, funda el 22 de abril de 1942 el Colegio Particular “San Pedro”; acto de profunda trascendencia que dio inicio a una nueva etapa de nuestra historia, con la consolidación de valores en la variada gama de la actividad humana con proyección internacional.
El Dr. Carlos Salazar Romero "fue un convencido de la veracidad del postulado de aceptación universal, que no puede haber progreso social sin educación colectiva"; "que el deber de las autoridades era educar al pueblo, educar al vecindario en general, dándole oportunidad de asistir a actividades de orden cultural, que es la mejor forma de honrar a la Patria elevándonos hacia los valores del espíritu".
“quejaba de una ausencia de doctrina pedagógica en el Perú, decía: "no podemos estructurar una auténtica y sólida Pedagogía Peruana, elaborada a base de nuestra idiosincrasia y realidad nacional", "... necesitamos investigar minuciosamente la evolución de las ideas pedagógicas, del proceso educacional, con el objeto de llegar a un conocimiento tan amplio e integral, que se convierte en un obstáculo para la adopción de creencias subjetivas o dogmas impuestas desde arriba, por la influencia de una situación política o el desborde de vitalidad de una autoridad oficial" .

Un año después, el 4 de junio de 1943 el presidente Dr. Manuel Prado Ugarteche, promulga la Ley Nº 9577, que crea la Corporación Peruana del Santa, que posibilitó el desarrollo urbano e industrial del puerto de Chimbote.
El 2 de mayo de 1947, con la R.M. Nº 894 se convierte en Colegio Nacional “San Pedro”, era el tiempo de la Época de Oro de la conserva, en que el bonito se exportaba a otros países.
El poeta Carlos Balta Budinich, en su poema “Colegio Nacional San Pedro” se preguntaba.
¿Dónde están aquellos hombres como Estrada Vidal, Ochoa, Apolo, Ureña y Don Carlos Salazar?.
Por supuesto que nuestra Promoción que la iniciamos el año 1956, año de la creación de SOGESA; a estos MAESTROS no los conocimos personalmente, por lo menos yo; éramos la generación que empezaba el “Boom de la pesca” que la inició Luis Banchero Rossi, con su presencia y visión de empresario el año 1955; ya la anchoveta se industrializaba desde al año 1953, para bien o para mal, el humilde puerto de pescadores huanchaqueros, cuyas aguas azulinas relucientes de peces, solían morir brumosas, blanquecinas, en las doradas arenas brillantes de sol; deleite de los jóvenes deportistas sampedranos que en ardorosos partidos de fútbol playero, hacíamos realidad el refrán “mente sana en cuerpo sano”; de igual forma, los turistas extasiados admiraban desde el Hotel de Turistas “Chimú”: el Cerro Negro, la Isla Blanca, y el siempre evocativo muellecito de fierro y madera, que con su pluma desafiaba al más osado.
Era tiempo de la radiola y del hermoso vals de nuestro paisano Alberto Haro¨:
Chimbotera paisanita huanchaquera
cuando vuelva ya sabrás de mis antojos,
enterrar entre la arena tus cabellos
y acariciar tu acanelada piel de playa.

Las gaviotas que un día se alejaron
volverán y volarán por nuestras playas,
y habrá espuma al reventar de fuertes olas
¡Oh mi linda chimbotera,
paisanita huanchaquera! (bis).
La Promoción 1960, creció en medio de ese auge de la floreciente industria, del trabajo esforzado y el dinero fácil, de la desordenada expansión urbana a través de invasiones y nuevos pueblos jóvenes que surgían cual cinturón de miseria bordeando el Casco Urbano de Chimbote; de igual forma que los bares y centros de diversión, que esquilmaban el dinero bien ganado pero mal invertido de la mayoría de los trabajadores del mar.
Asi fuimos creciendo, con el orgulloso título de “Primer Puerto Pesquero del Mundo” y “Capital Industrial del Perú”, no comprendíamos, como un puerto donde había tanto dinero, éste se concentraba en tan pocas manos, mientras la gran mayoría crecía en un mar sin esperanzas; y en el más hermoso puerto de esta parte del continente, según el sabio Alexander Von Húmboldt, veíamos como la industria pesquera contaminaba sin compasión alguna nuestro mar, nuestro aire, corresponsable con SIDERPERÚ, entre otros, hasta desaparecer nuestra olímpica orilla, de nuestros más caros recuerdos juveniles; y legarnos un enrocado que en su oportunidad fue un gran nido de ratas; y que hoy alberga un volumen estimado de fango superior a los 55 millones de metros cúbicos, según el Instituto del Mar del Perú; y descontaminarla costaría más de 70 millones de dólares y demandaría unos 15 años, fuera de los 936 millones de dólares que significaría el dragado de fango orgánico depositado en la añorada bahía.
Nuestras retinas, aún guardan el pavoroso incendio del Barrio El Acero, que asombrados veíamos desde el vetusto local del Colegio Nacional “San Pedro” ubicado en la cuarta cuadra del Jr. Alfonso Ugarte, propiedad de la familia Arias Olivera; como el 5 de setiembre de 1957, las llamaras arrasaban la incipientes chozas de palos y esteras de ese pueblo joven; fuimos la última Promoción que egresó de ese añorado local, que funcionó junto al Diario “El Santa”, donde se inició Julio Ortega Cuentas como periodista, hoy prestigioso crítico literario y maestro universitario, digno representante de nuestra Promoción 1960; luego el plantel se trasladaría a su local actual, en terrenos donados en el Barrio de La Florida, por el filántropo Manuel María Vigo Pérez.
Durante nuestro paso por las aulas del C.N. “San Pedro”, los Directores fueron, profesores: Alberto García Fernández, Ángel Reyna Arias y Antonio Gonzales Chávez, cuyo nombre lleva nuestra Promoción 1960, y que años después lo veríamos como actor de cine en una película nacional.
Por esos años, en lo personal, mi pasión fue el fútbol, a la edad de quince años el profesor Marcelo “Chema” Huamán, me hizo debutar en la primera división de la Liga de Fútbol local, vistiendo los colores del Club Deportivo “San Pedro”, marcando nada menos que a Justino Aponte, el cañonero del Club “América” de Samanco; e integré el Seleccionado del Colegio San Pedro, con el que logramos importantes triunfos ante el Colegio “Santa Inés” de Yungay; el “2 de Mayo” de Caraz, en su Centenario de fundación; lo que me permitió el año 1960, vestir los colores del Club Deportivo “Manuel Rivera”, que luego el año siguiente le cambiaron a “José Gálvez”; y tener el honor de haber integrado un trío de polendas con el legendario Manuel Rivera Sánchez, cuyo nombre lleva el Estadio Centenario y Guillermo “Tato” Ostolaza.
La mayoría de mis compañeros de promoción se convirtieron en profesionales exitosos, en la función pública o privada, como maestros universitarios, empresarios o simplemente honorables ciudadanos; algunos emigraron a tierras lejanas y otros partieron al encuentro del Dios Todopoderoso, donde algún día nos reencontraremos para evocar momentos importantes de nuestra juventud; y que hoy reunidos con motivo de nuestras “BODAS DE ORO”, (1960 – 2010), desde el lugar de los inmortales donde se encuentran, sepan que los tenemos siempre presentes en nuestra mente y en nuestros corazones.
A nombre de la Promoción 1960 “Antonio Gonzales Chávez”, expresamos nuestro público reconocimiento a nuestros Maestros, a todos los que de una u otra forma participaron, con su sapiencia, consejos, orientaciones; para conducirnos en la vida como hombres de bien, conscientes de nuestra responsabilidad para con la patria, la sociedad, y la familia. FELIZ PROMOCIÓN 1960 “BODAS DE ORO” SAMPEDRANOS.
Compañeros de la Promoción difundirlo entre los de la Promoción y amigos.
También pueden leerlo en mi blog. Entre otras novedades como el histórico discurso por la creación de la Universidad Nacional del Santa y otros.
http://www.victorunyenvelezmoro.blogspot.com

domingo, 20 de junio de 2010

NOLBERTO UNYÉN PELÁEZ

NOLBERTO UNYÉN PELÁEZ
EVOCANDO A MI PADRE EN EL DÍA DEL PADRE
Por: Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
Nació en Chimbote el 6 de junio de 1 916, en aquella caleta nostálgica de recuerdos por su simpar belleza admirada por propios y por extraños; de aguas límpidas color azul de cielo que morían brumosas sobre una alfombra de arena dorada por el sol, que exhibía el muelle de fierro y madera, desde el que se divisaban los bufeos o delfines, bordeada por las islas Blanca y Ferrol; la bocana y el cerro negro, hoy de la Paz.
Sus padres, el ciudadano chino, natural de Cantón, Ricardo Unyén Chang, empresario vinculado al comercio y la agricultura a inicios del siglo XX, como se puede leer en el libro “Tierra de promisión, Chimbote”, editado por Don Enrique Tovar el año 1924; y la dama chimbotana, Teresa Peláez Rodríguez; nieto de doña Victoria Calderón, la primera matrona de Chimbote.
Casado con la dama, Victoria Velezmoro Alva de Unyén, natural de Cascas, que llegó muy joven, casi una niña a este mágico puerto de ensueños, donde capacitó como profesora de Artesanía y Cerámica de los Talleres Experimentales de Formación Artística (TEFA) del Instituto Nacional de Cultura de Chimbote, a ávidas alumnas sedientas de conocimiento y superación; becada para seguir estudios en la escuela de Bellas Artes en Lima, presidenta de la Hermandad del Señor de los Milagros, en cuya gestión adquirieron el terreno y edificaron el local de la Parroquia del señor de los Milagros en la Av. Buenos Aires del AA.HH. El Progreso; vinculada a diversas instituciones culturales y sociales de nuestro puerto; con la que tuvo seis hijos: Víctor Nolberto, Jesús Ernesto, Teresa Hilaria, Gladys Victoria, Luis Alberto y Jorge Luis Unyén Velezmoro.
Nolberto Unyén Peláez estudió en el Centro Escolar Nº 313, con el famoso Director David Ochoa.
La trayectoria de su vida debo analizarla desde cuatro aspectos:
1. Como tronco de respetable familia, ejemplar padre de familia, con Dona Victoria Velezmoro Alva, formaron un hogar sólido, basado en el amor, trabajo y honestidad, inculcando a sus hijos esos dones como herencia, haciéndolos profesionales identificados con el progreso de nuestra ciudad. Recuerdo cuando niño, mi padre se encontraba tras el mostrador de la tienda de abarrotes que teníamos en la sexta cuadra del Jr. Francisco Pizarro, junto a la ex Escuela “Montessori” del normalista Lucio Pereyra Espinal, cuando de pronto vio a mi hermanita Teresa, de unos cuatro años de edad cruzando la pista en instantes que un viejo carro cisterna “aguador”, de esos a manivela que existían antaño, lentamente se acercaba para atropellarla; asombrado vi a mi padre dar un salto felino sobre el mostrador, cruzar raudo la calle, tomar entre los brazos a mi hermana llegando a la acera opuesta salvándola de una muerte segura.
2. Como trabajador en la Agencia “Nicolás A. Garatea”, demostró responsabilidad, ganándose el aprecio de sus compañeros de trabajo; siendo su padrino de matrimonio uno de los dueños, don Luis Salazar Romero, ex alcalde de Chimbote, hermano del Dr. Carlos Salazar Romero, fundador del Colegio Particular “San Pedro” de Chimbote, mi ex Colegio, que este año 2010 nuestra Promoción “Antonio Gonzales Chávez” está cumpliendo sus “BODAS DE ORO”.
Mi memoria guarda otra anécdota de mi Señor Padre, era un día domingo de carnavales a fines de la década del sesenta, el jirón José Balta era una sola calle que se extendía desde el Jirón José Olaya hasta la Bolognesi; era mediodía cuando empezó a sonar la alarma de la Compañía de Bomberos, el incendio era en la Agencia “Nicolás A. Garatea”, que se ubicaba frente a la Plaza “28 de Julio”, hoy “Grau”, donde se levanta actualmente la Plaza “VEA”; el peligro era grande, pues allí se almacenaban enormes tanques de gasolina, petróleo, kerosene; el pánico cundió entre la gente que corrió despavorida hacia el campo de aterrizaje, hoy Urbanización “21 de Abril” Zona “A”; mi Padre, sin dudar un instante, dijo. ¡Yo tengo las llaves!, y empezó a correr en sentido contrario a los demás, con dirección a la Av. Francisco Bolognesi, ante el temor de la familia; con su presencia se logró abrir las puertas, utilizar los extinguidores y combatir el fuego, salvándose Chimbote de un incendio de grandes proporciones.
3. Como Industrial, supo transformar su bien surtida tienda de abarrotes del Jr. Fco. Pizarro, en la Fábrica de Muebles “Victoria”, y abrir su sala de exhibiciones en la Av. José Pardo, junto al local institucional de la Asociación “Wha Yoi”, aún hoy me encuentro con algunos de sus clientes, que me recuerdan aquellos famosos muebles de cedro, que hasta hora los conservan como si fueran nuevos.
4. Como deportista, voy a transcribir el artículo publicado por el periodista Humberto Luna Montes, en la revista “El Pescador”, Año I, Diciembre – Enero, 1974, con el titular: “Antecesor de Vides Mosquera. Nolberto Unyén Peláez Extraordinario jugador chimbotano”, que a la letra dice: “Fue un enorme jugador de fútbol a pesar de su pequeña estatura. Uno de los más ilustres futbolistas que ha tenido Chimbote, que supo grabar su nombre con letras de molde que brillan con luz propia”, en 1934 con sus compañeros de estudios forman el equipo “Bellavista”; el año 1937 defiende los colores del glorioso “Deportivo Juventud” con Ismael Ramírez, José Abanto, Nicanor Becerra, Carlos Linares, Daniel Maldonado, Gilberto Lock, Manzueto Honores, Víctor Romero, Ceferino Acero, Sebastián Chemache, etc.; en 1941 lo vemos vistiendo los colores de uno de los más poderosos equipos de Chimbote “Club Independiente” hasta el año 1945, con los famosos jugadores: Honorio y Raúl Gozzer. Julio “Peruca” Sandoval, Enrique Mendoza, Dionisio Mendoza (Negrazo); que hizo triunfal campaña en Santa, Tambo Real, San Jacinto, Moro, Jimbe, Casma, etc. “Nolberto y un grupo de verdaderos seleccionados, se decidieron ir a jugar a Huaraz a pararle los machos a los “serruchos” en el mismo estadio “Rosaspampa”, que está a más de tres mil metros de altura. Partieron de la estación del ferrocarril en una fría mañana de 1939 y la máquina con su complejo de fierro que traqueteaba, al compás que sus palancas impulsaban las ruedas, superando cuestas, laderas y bajadas, llegaron a Quiroz, de allí pasaron a Cajamala, Tauca, Cabana, Corongo y después de tanta odisea y percances en el camino llegaron a Huaraz, donde jugaron con la selección a la que ganaron en su propio estadio. En 1941 defiende los colores de Ancash, representado por San Jacinto, cuna de fabulosos jugadores como Aldais, Jordán, “Gundo”, “Niño” Justo, Tico Maza, etc. que jugaban en ese equipo; pidió el refuerzo de los extraordinarios jugadores chimbotanos: Nolberto Unyén Peláez, Daniel “Cholo” Maldonado, Carlos Linares y Goyo “Carreta” Alegre, que también lo llamaban “Huambachero”, y fue, no el más bueno, sino que tuvo más suerte, porque llegó a jugar por el Alianza Lima de wing izquierdo. Este cuadro por falta de experiencia perdió en Chiclayo. Nolberto Unyén, jugó al fútbol actividad de su vida que la practicó por más de 15 años, en donde destacó nítidamente como un elemento extraordinario, que sólo una mala suerte o una drástica argolla como la de los orgullosos cracs del Alianza Lima (Adelfo Magallanes, Alejandro Villanueva, José María Lavalle, etc.), evitó que juegue en Lima, cuando en los entrenamientos despintó a esos famosos jugadores, sin embargo por esa argolla no lo contrataron. Mientras jugaba el fútbol, fue pensando, al margen del deporte, en darle preparación a sus hijos y así lo hizo, como un padre progresista y ejemplar que alienta el futuro de sus hijos”.
El reconocido periodista Teobaldo Arroyo Icochea le dedicó un artículo el 29 de enero de 1965 en el Diario “El Faro”, un fragmento que incluyo: “Fresco en la memoria de los chimbotanos antiguos están aún, todas esas glorias que en cualquier campo de fútbol, olvidando la dimensión del elenco rival, supo darle Nolberto Unyén, sin pedir a cambio nada, excepto la inconmensurable satisfacción de escuchar una vez más o ver erigirse el nombre de Chimbote, sobre los aires del triunfo … Sus hijos deben sentirse orgullosos cuando vayan por la calle al saber que su padre dio brillo y lustre a la gloria de nuestra tierra que muchos quisieran igualar”.
El periodista chimbotano, Alfredo López Aguilar, en el primer número de su revista “Sorpresas”, titulaba “Fútbol sin tongos el que existía en mi tiempo”, comparándolo con la similitud de su estilo con la del genial Vides Mosquera. Nolberto Unyén Peláez no sólo fue futbolista ejemplar, sino atleta completo, como lo demostró al ganar las pruebas clásicas de velocidad: 100 , 200 y 400 metros planos en las Olimpiadas del año 1938.
El lunes 9 de mayo de 1994 el Diario de Chimbote publicó una encuesta “El mejor futbolista que ha dado Chimbote”, obteniendo el más alto puntaje el famoso Manuel “Chino” Rivera y Nolberto Unyén Peláez ubicado entre los cuatro primeros, pese a que mi señor Padre perteneció a la generación del 30, antes que la de Manuel Rivera, con el que tuve el honor de jugar en lo que hoy es el club “José Gálvez”; contando con el aval de Wilfredo Peláez Gularte, Marcos Llempén Gallardo, Juan Ciudad Chinchay, entre otros, que lo vieron y se deleitaron con su juego, pero para las nuevas generaciones un ilustre desconocido.
Mi Señor Padre, NOLBERTO UNYÉN PELÁEZ, abandonó este mundo terrenal, el jueves 23 de junio del 2005, para dirigirse a la dimensión de los inmortales, y desde allí protegernos como siempre lo hizo en vida.
Se agradece su difusión.
http://www.victorunyenvelezmoro.blogspot.com