lunes, 12 de marzo de 2012

UNYEN...POR ROLANDO LUCIO DESDE ESPAÑA


UNYEN...QUE VALE UN PERÚ

La historia es la novela de los hechos, la novela es la historia de los sentimientos”. Claude Adrien Helvétius.

Existen personas que nacen con el privilegio de atesorar virtudes, de albergar facultades, pero que no contentas con esas prerrogativas, acrecentan sus cualidades, con estudio, investigación, trabajo y entrega; la esencia de sus almas, es la generosidad, por ello la naturaleza con la que se muestran, siempre está cubierta de bondad. A dichas personas, les debemos nuestra eterna gratitud, porque con sus actos y desde el espacio donde han desarrollado sus aptitudes, nos han brindado paradigmas en los cuales sustentar nuestro presente y mañana, por ello es imperativo corresponder dichos méritos, con nuestro permanente recuerdo y consecuente respeto, para que sus ejemplos perduren mas allá del tiempo y la distancia.

Una de esas personas es don Víctor Unyen Velezmoro, a quien tuve el orgullo de conocer en mi adolescencia, de benévolo rostro y benigna sonrisa, siempre le hallé comprometido con las necesidades de nuestra ciudad, mi impresión primera fue cuando le conocí en un escenario levantado en la Plaza de Armas, exigiendo a voz de cuello, la creación de la Universidad, recuerdo que me acerqué hasta él, le agradecí que asumiera ese reto como una personal obligación, el orador me estrechó la mano, “no hay nada que agradecer, la universidad será para ustedes”, expresó antes que otros brazos tomaran sus hombros, llevandolo casi en volandas, al héroe de aquella inolvidable tarde.

Eran épocas que agonizaba la dictadura, entonces publicó “Evocación Chimbote”, ramillete de versos sublimes y románticos, cargados de excelsa ternura, el poeta -que había “nacido” a los once años-, daba a luz su primera obra, aunque la consagración vino en forma de prosa, con “El Despertar de un Coloso”, excelente biografía de la porteña ciudad, donde conjugó un exhaustivo trabajo de investigación y documentación, con un verbo llano, entendible y honrado; aquel libro ha pasado ser un referente para todo aquel que decida conocer mas a esta ciudad, sus orígenes, sus costumbres, además de ser una obligada -e invalorable- fuente de consulta, para historiadores e investigadores.

Luego vinieron mas de una decena de obras, cada cual con su personal estilo, vale decir, de obligado rigor y objetiva pureza, libros en los que el autor ha escarbado las profundidades de la historia para contarla tal como sucedió, son textos donde el rapsoda se viste de novelista y el narrador se convierte en poeta, son prosas y versos en abierta simbiosis con la buena literatura; por estas -y otras- razones, “visito” telefónicamente a este maestro, para conocer de fuente primera, sus comentarios, para nutrirme de sus conocimientos, y de paso, para entregarle mi gratitud por todo cuanto ha hecho en favor de las nuevas generaciones y por todo ese trabajo denodado que continúa realizando sin tregua alguna.

Chimbote es mi norte, mi camino, he hurgado en el pasado, para sentarme en el presente”, inicia con voz pausada sus confesiones, “Chimbote es materializar los sentimientos, Chimbote es todo”, percibo su emoción, siento su pasión en cada uno de sus vocablos, entonces cuenta la génesis “Cuando llegué a la Universidad, éramos de diferentes ciudades, cada uno fundamentaba su orgullo a su manera, pero yo no tenía argumentos, es verdad que hablaba de la pesca, pero mis compañeros sonreían, porque evocaban el característico olor, entonces decidí volcar mi compromiso en la poesía y también reconstruir el proceso histórico, para hallar las veraderas razones y así enarbolar nuestro orgullo”, Unyen es maestro en cada expresión, porque así lo muestran sus remembranzas.

Me permito recordarle que compartimos con el poeta unas jornadas en Lima, en la Feria Nacional de Cordes, FENACORDE, “fue una hermosa experiencia, nos volcamos para dar a conocer nuestro acervo, nuestra región quedó muy bien, en todos los aspectos que representó”, entonces mi mente viaja rauda a aquella noche ligeramente fría de la capital, cuando el poeta abrigó a los concurrentes, declamando aquellos versos que nacieron al compás de sus suspiros, fueron apasionados poemas bravíos, cargados de querencia singular, “todos de una u otra manera hemos colaborado para engrandecer a Chimbote, allí radica la magnitud que hemos ganado con el tiempo”, muestra su consabida humildad.

Retrocedo en el tiempo, entonces menciono a su escuela primaria, “Montessori”, “oh”, exclama, “evoco a don Lucio Pereyra, mi maestro y padrino, un émulo a seguir”, entonces ataco con “Colegio San Pedro”, sin meditación alguna, responde “la base del camino”, sigo aprovechándome y digo “José Galvez”, Unyen sonríe feliz, “es un sentimiento, mi confirmación como futbolista, tuve el orgullo de jugar al lado de don Manuel Rivera, formamos la delantera, junto a Tato Ostolaza y Risco”, besa sus recuerdos, vuelve a acudir a ellos cuando señalo “José Balta”, “un jirón donde comencé a cristalizar los anhelos”, entonces retorno a la literatura y nombro a “Oscar Colchado Lucio” -creador de ese insigne emblema chimbotano hasta las lágrimas-, Víctor Unyen recupera la seriedad y obsequia, “un gran amigo, un gran escritor, uno de los titanes de Chimbote”.

Me traslado al terreno mas personal de nuestro ilustre personaje y le pregunto por Dany Kuzma, su esposa, la diligente respuesta no se hace esperar, “una dama maravillosa, es mi vida, todo lo logrado es gracias a su apoyo, cuando decidí vender mi farmacia, para dedicarme a la docencia y a la literatura, ella me entregó su incondicional ayuda, todo cuanto diga sobre ella, siempre será poco”, recrea sus emociones, entonces aprovecho que se halla administrando sus silencios, para inquirir por Milagros, Víctor y Hudson, sus herederos, “son el resultado del amor, y también el compromiso para seguir luchando”, dona sus enternecimientos.

El ultimo ventiocho de febrero, al conmemorarse el 173º aniversario de Ancash, Víctor Unyen dictó una conferencia magistral en el Congreso de Perú, allí en medio de la solemnidad, transitó por algunas de las ochocientas páginas de su reciente libro, “Ancash, Un Viaje por la Historia”, allí mismo -ante lo mas graneado de la intelectualidad-, presentó esta enciclopedia que es el mas denodado esfuerzo de este académico personaje, que para beneficio de quienes le admiramos, arribó a la historia en el momento exacto y preciso, ni antes ni después, ni en la víspera ni con retraso, un hombre de ciencia que recorre la literatura con el talento de quien sabe porque enseña. Un verdadero ejemplo de la vida misma.

Mientras atizo mis reminescencias, el maestro -distinguido con las Palmas Magisteriales, con justo merecimiento-, me obsequia una primicia, “He sido invitado por el Premio Nobel de la Paz, Ernesto Kahan, para un viaje a Israel, la primera semana de setiembre, haré escala en Madrid”, prometo estar en dicha escala, entonces me despido de este erudito que avanza empuñando su humildad, un sabio que es grande por su sencillez, un pensador cuya praxis y teoría son análogos a su ilustración.

Entonces fui muy feliz, de haber bebido del conocimiento de Víctor Unyén Velezmoro, chimbotano hasta las lágrimas...que vale un Perú.

Fraternalmente.

Rolando Lucio

(Barcelona – España).

http://la comunidad.elpais.com/rholandos/2012/3/12/unyen-que-vale-peru

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