Suprema Huelga
De:
Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
Por qué dudas mujer
que mis lentos pasos
dejen su profunda huella.
No me desnudez más
y en mi flaqueza,
me envíes al cadalso
de la traición y la ignominia.
Déjame realizarme como hombre,
a plenitud de naturaleza
en esta sinfonía de la vida.
He de seguir la ruta ansiada y escogida,
que no es de espacios siderales,
ni de cohetes, OVNIS, ni aviones,
es de nuestra tierra, de nuestro
suelo.
es del siglo veintiuno, nuestra
era
en la que modernos fariseos
se confabulan como en la
historia,
con los eternos Caifases de
Judea,
para clavarnos punzantes espinas,
coronarnos las sienes de olivo
como reyes del escarnio y la
pobreza.
Los Poncio Pilatos a cada
instante
se lavan sus nefastas manos
dejándonos como a Jesús el
Nazareno
que se nos crucifique, se nos
mate,
como mártires del calvario.
Pero la sangre derramada
en sus múltiples heridas,
es y será el agrio remanso
de nuestras agonías,
es y será el urticante dolor
de los numerosos Herodes
que a cada instante nos rodean,
revestidos de burócratas,
adulones y corrompidos.
¡Por eso os digo!
Por el hambre que ronda nuestros
hogares
Por la desgracia que acecha
nuestros pasos
He de acatar y apoyar la Suprema
Huelga,
estandarte de lucha de las clases
explotadas.
Porque la huelga en manos de los
oprimidos
se convierte en tempestad
de justicia e ilusiones.
La Suprema Huelga es vendaval de
libertades
es heroísmo puro desinteresado,
es cuna de reclamos y crisol
donde se funden agonías y
pasiones.
La huelga es vida y es muerte
en este valle de lágrimas
Es redención para los oprimidos
del mundo.
Es la canción desesperada.
Es arco iris impreso en fuego
de múltiples fulgores.
Es realización plena del hombre.
Es el séptimo poema de mi canto.
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