domingo, 14 de abril de 2013

HOMENAJE A CÉSAR VALLEJO "DÍA DEL POETA"

APORTE DE CHIMBOTE AL CONOCIMIENTO DE LA VIDA Y OBRA DE CÉSAR VALLEJO 15 DE ABRIL “DÍA DEL POETA PERUANO” LEY Nº 24616 D.S. 021-90-ED Por: Dr. Lit. Víctor Nolberto Unyén Velezmoro (*) César Abraham Vallejo Mendoza, nació en Santiago de Chuco (La Libertad) el 16 de marzo de 1892 y falleció en París (Francia) el 15 de abril de 1938, sus restos reposan en el cementerio de Mont Parnass de ese país. Fue el último de doce hermanos por lo que le llamaban el “Shulca”. “Vallejo había amanecido en una promoción inquieta, insumisa de Trujillo. La adolescencia de César Vallejo, fue la de Haya de la Torre, Antenor Orrego, Alcides Spelucín. Con ellos compartió ambición y expectativa. Un día, como todos, descubierto ya por Abraham Valdelomar, partió a Lima, era maestro de escuela y estudiante de filosofía”. Para el “Amauta” José Carlos Mariátegui, su poemario “Los Heraldos Negros” (1919), es el “orto de una nueva poesía en el Perú”; para Antenor Orrego, “cuando se comienza a comprender la obra de Vallejo, se comienza a comprender también la necesidad de una técnica renovada y distinta; … su libro “Trilce” (1922), marca una superación estética en la gesta mental de América”. En este trabajo no me voy a referir a la Sala de Convenciones, a la universidad, a la institución educativa, jirón, asentamiento humano, al monumento ubicado en el bulevar frente a la I.E. “Erasmo Roca”, o la biblioteca “César Vallejo”, que entre otros ostentan su bien ganado nombre como un homenaje permanente en el puerto de Chimbote. Voy a referirme a dos aspectos que en nuestra ciudad pasan inadvertidos: a) Presencia de la familia Vallejo en Chimbote b) Influencia de Vallejo en la sociedad chimbotana. Aquí en Chimbote conocí al profesor Lenin Vallejo López y a través de él, al profesor Jorge Vallejo Ciudad, hijo de Manuel Natividad Vallejo Mendoza, sexto hermano del Poeta Universal, radicados y con familia en esta ciudad. Dentro de esa amistad y confianza cultivada en el ambiente cultural, me prestó dos cartas originales de César Vallejo dirigidas a su hermano Manuel, padre de don Jorge, en aquel tiempo inéditas, las cuales tuve en mi poder durante un año antes de devolverlas; esas cartas las publiqué con su autorización en calidad de primicia, en la edición Nº 18 de mi Revista “Futuro”, en el mes de mayo del año 1992. Luego invitado por el Dr. Wellington Castillo de la Universidad Nacional de Trujillo, para participar en el I Encuentro Nacional Andino de Escritores realizado del 10 al 14 de junio de 1997 en Santiago de Chuco, en la que después de diversas actividades firmamos entre otros 27 invitados intelectuales de diversas ciudades del país, la “Declaración de Santiago de Chuco”, en el que recomendamos a la Municipalidad Provincial de Santiago de Chuco, instaurar una Casa – Museo en la casa del poeta César Vallejo, asumiendo acciones que lo conviertan en un lugar de atracción nacional e internacional; lo que hoy es una realidad. En esa oportunidad, dialogando, le comuniqué sobre dichas cartas al Ing. Jesús Cabel Moscol (Lima, 1947), Premio Nacional de Poesía 1975, y ensayo 1992; e integró el Jurado Calificador de la letra del Himno de Chimbote el 11 de junio de 1984; transcurrido unos meses me visitó en Chimbote, le ayudé a descifrar algunas palabras un tanto ilegibles de algunas cartas de Vallejo que había conseguido en su calidad de investigador y crítico literario, - soy de profesión Químico Farmacéutico - le proporcioné copias de las dos cartas de Vallejo en Chimbote y le presenté personalmente al Prof. Lenin Vallejo López y a su familia, en la Urb. 21 de Abril Zona “A” donde vivían en aquel entonces. Esas cartas fueron publicadas por Jesús Cabel en su libro “César Vallejo, a lo mejor soy otro – 27 nuevas cartas” en abril de 1998. Edición Homenaje al LX Aniversario de la desaparición física de César Vallejo; y posteriormente el mismo autor, las incluiría en un Tomo de aproximadamente 600 p. escrito sobre Vallejo y editado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Pero ¿qué de importante tenían esas cartas fuera de lo inéditas?; la primera, fechada en Trujillo, el 16 de julio de 1916, carta familiar en que reflejaba el profundo cariño a su familia “Mi querido hermanito Manuelito”, el requerimiento y felicitación por el matrimonio de su hermano Manuel con la Srta. Juana, y que comprometan a su nombre algunas compras para su mamacita, para que le sirva de algo en la fiesta de Santiago, … “Tu hermanito que te ama” César. La segunda carta fechada en Lima, 16 de junio de 1923: “Mi queridísimo hermanito Manuel: Dios te conserve bueno, lo mismo que a Juanita y todos tus chiquitos. Te pongo estas líneas para anunciarte que mañana me embarco con rumbo a París. Voy por pocos meses, seguramente hasta Enero o Febrero y nada más. Voy por asuntos literarios, y que ojalá me vaya bien”. Carta esclarecedora, que nuestro gran vate no fue con la intención de quedarse definitivamente en Europa, sino que el destino le tenía ya previsto un nuevo camino por recorrer, que todos conocemos. Esta carta mereció ser portada de la revista cultural del Diario Oficial El Peruano. Y cuando hablamos de Vallejo poeta universal, yo lo pude experimentar durante mi participación en el XV Congreso Mundial de Poetas en Taipei el año 1994, luego de terminar mi exposición y expresar que era de Chimbote – Perú, un famoso escritor y periodista belga, en perfecto español me manifestó que él había aprendido el idioma leyendo a Vallejo; como también aconteciera en el XXXIII Encuentro Internacional de Villa Dolores en Argentina, los aplausos de los poetas participantes al solo anuncio de su nombre, y el orgullo de sentirnos “Cholos” identificados como peruanos. Para Rafael Alberti, “Vallejo es uno de los poetas más grandes del idioma. Con Rubén Darío de Nicaragua y Pablo Neruda de Chile, son los tres poetas cumbres de la lengua latinoamericana”. El Premio Nobel Pablo Neruda lo describe “Conocí a César Vallejo el gran cholo; poeta de poesía arrugada, difícil al tacto como piel selvática, pero poesía grandiosa, de dimensiones sobrehumanas… Vallejo era sombrío tan sólo externamente, como un hombre que hubiera estado en la penumbra, arrinconado durante mucho tiempo. Era solemne por naturaleza y su cara parecía una máscara inflexible, casi hierática…”. Para nuestro gran escritor José María Arguedas, autor de la novela “El Zorro de arriba y el Zorro de abajo”,… “César Vallejo es el más grande poeta del Perú”; y “Tungsteno”, publicado el año 1931, es la primera novela proletaria e indígena del Perú; y marca un nuevo derrotero para la novela peruana. En 1932 Vallejo publica su libro de cuento “Paco Yunque”. También es necesario resaltar al Dr. Darío Chávez de Paz, fue mi brigadier general del colegio nacional “San Pedro” de Chimbote, quien obtuvo el 18 de noviembre de 1958, el 1er Premio en el Concurso Literario organizado por el Centro Cultural Universitario “César Vallejo” de la Universidad Nacional de Trujillo, con el poemario: “Si, Hermano Vallejo”, presentado con el seudónimo “Tino” y que fuera editado en 1960 por la Federación Universitaria de San Marcos, en la que es Catedrático principal. Aquí el primer fragmento I. Sí, hermano Vallejo, mayor de mis hermanos déjame que te diga el mensaje de mi alma. He venido a pedirte a solas y a decirte, ¡dame un poco de tu agua para la tierra, hermano! Hay un campo sagrado que yo poseo en mi alma donde roseo el trigo que ha de nacer mañana. Quiero darle a los hombres que coman, quiero darles, sólo un poco de trigo que haya nacido en mi alma. He venido a pedirte agua para su riego. ¡Mírame que no temo tu profunda mirada!. El gran vate, el 29 de marzo de 1938 le dice a su esposa Georgete Philipart de Vallejo (Francia – Lima, 1984), las que podrían haber sido sus últimas palabras: “Cualquiera que sea la causa que tenga que defender ante Dios, más allá de la muerte, tengo un defensor Dios”. El autor de los poemarios “Poemas Humanos”, “España aparta de mí este cáliz”, y otros importantes trabajos literarios y periodísticos, dejó de existir en la clínica “Arago, de Paris, el viernes 15 de abril de 1938. La Legación de Escritores Latinoamericanos pidió el derecho de enterrarlo en el cementerio de Montrouge, luego fue trasladado por su esposa al de Mont Parnass, en 1970. En mérito de la Ley Nº 24616, D.S. 021-90-ED se instituye el 15 de abril como el DÍA DEL POETA. En mi calidad de presidente de la CASA DEL POETA FILIAL CHIMBOTE (CADELPO), organizamos en Chimbote 2 Congresos Mundiales: I Internacional y VI Nacional “Juan Ojeda Ojeda” (1994), para el “Amauta” Mario Florián (Cajamarca), “el más grande poeta nacido en Chimbote” y el VI Mundial y XI Nacional “Benigno Araico Baca / Iván Vásquez Salazar” (2006), con motivo del Centenario de Chimbote como distrito, con la asistencia de representantes de 15 países y aproximadamente 300 participantes. Habiendo tanto que escribir sobre nuestro genial vate, sobre la forma de escribir sus poemas, los títulos que inventaba para sus poemas, ¿Espergesia, Trilce?, los poemas dedicados a sus grandes amores, ¿quién fue la dulce Rita de junco y capulí?, su primer “Soneto”, … podría ser materia de un próximo trabajo. Como un homenaje a los poetas en su día, finalizo con mi poema”. Vallejo el Centenario De: Víctor Unyén Velezmoro ¡CESAR VALLEJO ESTA VIVO! cantaron las rocas y las flores. El mundo convirtióse en mundo. La vida cobró vida, en la inmensidad de tiempo, espacio. Mi voz se hizo silencio en la eternidad de la tarde, la acompasaron el eco, el murmullo del viento, el silbido de las cruces rotas de algún oscuro cementerio abandonado en el camino de la vieja historia. Una voz, dos voces, varias voces, despertaron de un letargo indefinido. A mis oídos llegó etéreo, universal, en corcel alado, el dolor de Vallejo el centenario. ¡Basta de rodar rodando, sin dejar más huellas en la arena! Retumbaron los bemoles de mi canto. La injusticia se hizo hombre. El dolor se encarnó en el dolor. Los gemidos fueron más fuertes. El heraldo negro se hizo humo. Los muertos levantáronse de sus tumbas por sus huesos húmeros, tarsos, y metatarsos ausentes. ¡Ah! El mundo siguió rodando. ¡VALLEJO NO HA MUERTO! Lo dicen las montañas, los desiertos, los árboles, los pájaros, el gran río. ¿Pero el hombre? Se alejó de la diestra de Dios Padre. El poeta universalizó su canto. El hombre sólo, recogió los harapos de su vientre. Levantóse como Lázaro el resucitado. Miró a Vallejo el Poeta de los Andes. Inmensidad de soledad de sufrimiento. El poeta retomando sus pasos calmos se fue tras los sueños de la dulce Rita inmersos en las páginas del tiempo. (*) Palmas Magisteriales Grado de Maestro (2010) Patrimonio Cultural Vivo de Ancash – INC 2008.

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