lunes, 10 de febrero de 2014
PERUÁMERICA DE VICTOR UNYÉN VELEZMORO
Peruamérica
De: Víctor N. Unyén Velezmoro
¡Inti, Quilla, Mama Pacha!
¡Oh dioses incas!
¡Oh dioses yungas!
que forjaron un imperio,
que administraron reinos,
de sabios gobernantes,
de indómitos guerreros;
que dejaron en los valles,
en las cumbres, en las aguas,
la templanza viril de los gentiles.
¡Hombre! dual e inconcluso.
Tu origen mítico se remonta
en corpúsculos de luz eterna,
travesía de átomos ionizados
que orbitan en la distancia.
¿En fin? ¡Qué cuenta!
los segundos se miden
cronométricamente
en partículas de carbono
desde los tiempos vírgenes.
¡No olvidéis hombres de América!
el extremo Nor oeste de Alaska.
Tu linaje se expande
por el estrecho de Behring
en la "Edad del hielo".
Desde el Océano Glacial Ártico,
la Groenlandia, el Atlántico;
la bahía de Hudson,
los golfos de México y Honduras;
por el istmo de Panamá
y el mar de las Antillas.
En su travesía de siglos,
despertaron el Pacífico, el Orinoco;
la isla Galápagos,
la Línea ecuatorial,
la Tierra del fuego;
los lagos de Maracaibo y el Titicaca.
Los cabos del Horno y San Roque.
Rugió entonces el hombre
desde el Amazonas al Río de la Plata,
en el Estrecho de Magallanes
y aún ruge en las Islas Malvinas.
En el antiguo nuevo mundo ¡AMÉRICA!.
se asentaron por siempre:
Esquimales, mapaches, pampeanos,
fueguinos, campas, aguarunas,
los pieles rojas, caribes, arawacs,
calchiques, atacameños y araucanos.
Ensalcemos americanos:
a los mayas, chibcha, otoníes;
quichuas, huancas; aztecas,
olmecas, toltecas y zapatecas.
Reverdeciendo pasada grandeza,
majestad de los pueblos oriundos.
Sol de los Incas del Perú.
Elévate omnipotente antiguo peruano,
sobre las cenizas de tu génesis;
expande las fronteras que te atan
hacia otros continentes.
Cárgate de energía cósmica
en el punto mático del universo
donde se une el cielo con la tierra.
¡PERÚ!
palabra mágica y misteriosa,
su historia se mide
en retazos de tiempo.
Su nombre evoca la leyenda,
intrépidos españoles,
aguerridos incas,
estamparon en cada átomo
el mensaje de los siglos pretéritos.
Orgulloso de su linaje
fui tras las huellas
que dejaron sus pasos inciertos
en algún recodo dimensional
donde se funde
el pasado con el presente
camino a la ventura del futuro.
Mis versos resaltan la herencia ancestral
de florecientes culturas,
que adoraron al puma,
la serpiente, el gavilán
y al cóndor solitario.
Que grabaron en la roca, en adobe,
la grandeza de su raza.
En los muros de piedra ruda
de Pacaicasa,
extendí los brazos con mis húmeros.
Y cóndor descifré en Lauricocha
la visión de una herencia que despierta,
con los visos de civilización en La Galgada,.
¡Y hombre del Santa!
primario horticultor del mundo,
muéstranos el arte de tu cestería,
la más antigua de América,
con la industria lítica estratificada
en las cuevas del Guitarrero
en plena Cordillera Negra.
¡Intipahuin!
Señores de la tierra,
ordenadores del mundo
¡Cordillera Blanca!
¡Cordillera Negra!
Columna vertebral de los Andes
Cordillera montañosa de América
Interconexión del cielo,
la tierra y el averno.
¡Callejón de Huaylas!
¡Callejón de Conchucos!
en tu matriz ancashina
duerme el oro diamantino
que brilla en el cauce
del gran río Santa
minando las entrañas
del Cañón del pato.
Rescato para el embeleso
el orgullo que la patria inspira:
la nieve perpetua de tus nevados:
El coloso Huascarán o Matashraju,
el más alto del Perú, antena del universo;
la belleza sin par del Alpamayo,
el más hermoso del mundo;
exóticas lagunas, baños termales,
la Puya Raimondi,
Símbolo de la flora alto tropical andina.
Resaltemos peruanos
"el nebuloso recuerdo
de una tierra santa"
recinto sagrado de los Huari.
Impresionante pórtico de los cóndores"
¡Chavín de Huántar!.
Alumbra el numen de mi estro;
abre las pavesas de la ciencia,
descúbrete así mismo
en cada una de tus ruinas;
El Castillo, Obelisco Tello,
la Estela Raimondi,
las cabezas clavas,
el dios andino Wari,
agricultor y civilizador
esculpido en hierática piedra.
Descifra el mensaje oculto
de la anaconda, el jaguar y
el águila arpía,
"demonios fabuladores de la tierra"
que reinaron junto al Wacheqsa.
¡Oh dioses creadores del universo!
Montaña sagrada de Ancash
Metamorfosis de vida
Axis sagrado del Perú.
Evitemos la nostalgia del pasado
rescatemos el eco de lo extraño,
crucemos el umbral de los sepulcros
donde retoza libremente
el caudaloso Mayao,
testigo de la gloria de los yungas.
Testimonios inéditos, muda grandeza
Canto a los moche, a los chimues
que diseñaron Chan Chan
la ciudad de adobe más grande
de su tiempo, al señor de Sipán
que se reencontró con la historia.
Admiremos el Santuario de Punkurí,
la gran muralla del Santa,
Pañamarca, El Castillo, San Pedro,
La Jedionda, Huaca Partida y Paredones;
Chanquillo,Yayno, Wilcahuaín,
las manos cruzadas de Cotosh,
la poza circular de Sechín Bajo, Caral,
la ciudad más antigua de América;
el Complejo arqueológico de Sechín
con sus estelas simbólicas y mitológicas;
la fortaleza de Kuelap,
las chullpas de Sillustani,
los maravillosos mantos de Paracas,
las ruinas del Gran Pajatén.
Peruamericanos,
recorramos juntos con altiva mirada
las pampas del ingenio de Nazca,
la Portada del Sol de Tiahuanaco
y el Valle Sagrado de los Incas.
¡Oh Manco Cápac, Jefe Poderoso!
con tu noble Coya, Mama Ocllo,
que surgieron de las aguas
del lago de los Uros
del inmenso Titicaca,
para hundir entre el
Cusco y el Vilcanota
al Noroeste del Kollao,
la barretilla de oro
en el cerro de Huanacuare
y fundar el Imperio
de los Hijos del Sol.
Evitemos el viento estéril
que se pierde en los desiertos,
carguémonos en el Koricancha
de las vibraciones extransensoriales
del Gran Pachacútec,
organizador del Tahuantinsuyo.
Del arrojo y sapiencia
del Inca Túpac Yupanqui
"Resplandor Luminoso Memorable"
"Alejandro Magno de América";
su espíritu guerrero
que consolidó un Imperio
en el "Hártate Halcón" de Sacsahuamán,
testigo de la gloria de Cahuide.
¡Felinos, jaguares, pumas!
Si por vuestras venas, arterias, aún ruge,
la raza de cóndores de mi canto.
Despertad tu linaje aún dormido
en el Qosqo milenario.
"Ciudad ombligo del Mundo"
Capital arqueológica del Perú.
En la cima sagrada
del "Cerro Viejo" de Machu Picchu,
¡Maravilla del Mundo moderno!,
me he coronado de rayos,
me he bañado de luz
junto al Intihuatana,
en el corazón de la ciudad
fortificada de los Incas.
Y me he sentido Amauta
en el Yachayhuasi
Inca en el Acllahuasi.
He lucido en la altiva frente
la Mascaipacha
distintivo de la nobleza cusqueña.
Y en ese espacio dimensional
He dialogado en quechua con los dioses
he descifrado en los quipus su historia,
he competido con los intrépidos chasquis.
Y me he sentido noble por cuna
noble por privilegio.
Túpac Amaru por justicia.
Ensalcemos peruamericanos
el orgullo de la raza
rescatemos de los nuestros
al mestizo Garcilaso de la Vega,
que narró en los "Comentarios Reales"
la grandeza de los Incas.
Reconozcamos americanos
la osadía de los blancos Wiracochas
que surcaron los mares
para imponer por las armas,
raza, religión, costumbres.
En ese genocidio más pudo
la culebrina, el arcabuz, la ballesta;
el montante, la alabarda,
la rodela, la brújula,
las unidades de caballería.
Que el simplismo de las boleadoras,
con sus hondas, porras y macanas;
lanzas, escudos, arcos, flechas;
años luz en el uso de la guerra.
Del exterminio,
el acero español surgió más fiero,
con inaudita furia
diezmó los ejércitos gentiles
y en avaricia extrema
bañó de sangre un continente
para tomar por asalto
el fabuloso oro de los Incas.
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