VICTOR UNYEN Y LA BUSQUEDA DE LA VERDAD
Por: Dante Lecca
A través de su testimonio: mi lucha contra el cáncer difundido por las páginas de internet, el escritor y gestor cultural Víctor Unyén Velezmoro (Chimbote, 1943), está dando a conocer sus peripecias por el mundo de los hospitales, la literatura y instituciones, sin detenerse en escribir aun en medio de la enfermedad; indesmayable en el tiempo, sincero al contar sus vivencias, aun las más dolorosas, poniendo en alto los momentos más intensos y emotivos que ha sido protagonista.
Decir su nombre en Chimbote es redundancia, pues quien no lo conoce. Desde cualquier niño de las escuelas, sabrá decir inmediatamente de quien se trata, pues su nombre está unido a la cultura, a la parte buena de la ciudad tantas veces desvirtuada. Quizás no hayan leído sus obras o no conozcan cercanamente lo que ha hecho, pero intuyen que ha contribuido, ha aportado, ha dado su vida para que Chimbote tenga un mayor desarrollo cultural.
Cuando esta ciudad del dinero y la diversión pocos se ocupaban de su historia e identidad, Víctor Unyén Velezmoro escribió “El Despertar de un Coloso”, al que luego seguirían otras obras de investigación y de creación literaria. Junto a ello su actividad de gestor cultural fue abrumadora, desde la Asociación Wha Yoi, la Municipalidad Provincial del Santa, el instituto Nacional de Cultura – Filial Chimbote, la Casa el Poeta, hasta ser el organizador, junto a un grupo de colaboradores, de los Encuentros Internacionales de Poetas.
Escritor, Investigador, Profesor, Promotor, Gestor Cultural, Editor, es lo que genuinamente representa, lo cual vale mucho en una ciudad donde los niños y los jóvenes antes que la palabra belleza, aprenden más rápidamente la palabra cerveza o la palabra violencia. Pero más allá de lo específico de su actividad, hay algo que trasciende en la vida y obra de Víctor Unyén Velezmoro, y es lo que mueve a todo ser humano digno y honesto: la búsqueda de la verdad. Esa verdad que aun hoy persigue escribiendo su “Testimonio” desde la cama de un hospital, el aula de una universidad, un ómnibus o avión donde viaja, para cumplir con sus citas médicas o el compromiso de un certamen académico o literario.
Dicen que el legado que deja un escritor no es lo que él conscientemente aspira o cree, si no lo que el tiempo se encarga de enraizar y florecer; por lo que me atrevo a señalar que será este “Testimonio” lo que más trascendencia tenga de la obra escrita de Víctor Unyén Velezmoro, pues en él alterna, con pericia y agilidad narrativa, en diversos planos que enganchan al lector inmediatamente, el relato de su enfermedad, su trajinar cultural, su labor docente, intercalado con referencias a su actividad literaria (quizás no sea el lugar apropiado para los poemas que produce).Es el tono autobiográfico que lo hace más humano y cercano a nosotros.
¿Cuándo empezó y cuando terminara la búsqueda de Víctor Unyén Velezmoro? La respuesta es sencilla: Nunca empezó y Nunca terminara, pues ha sido una actividad constante y permanente, sin orígenes y sin fin; simplemente la busca, en una actitud de movimiento y cambio, que es lo que lo enaltece. Si alguien busca la verdad y la encuentra, pues ya no tiene nada que hacer; sin embargo aquellos que siguen escribiendo, organizado, gestionando, tramitando, volviendo a escribir, enseñan que la búsqueda misma es el hallazgo mayor,la liberación. Y si esta se expresa a través de la literatura, la vida se recrea en los otros y sigue su marcha.
Buscar los datos perdidos o escondidos de nuestra historia y costumbres, hurgar en el pasado de sus ancestros, paisanos y pueblos vecinos; editar revistas y libros para difundir los hallazgos; esforzarse en transmitir sus vivencias a través de artículos, testimonios, poemas, y relatos; está motivado por esa fiebre de 40 grados del artista, que busca permanentemente la piedra filosofal de la calidad, de la belleza, de la verdad, a la que aspira, sueña, delira, alcanzarla, tocarla. Caro anhelo y desgaste físico y espiritual que la vida cobra con distinta facturas, que el escritor paga con la única moneda con que cuenta: la escritura.
Como dice en su testimonio Víctor Unyén Velezmoro: “Quiero que mi testimonio sirva a otros pacientes en la misma circunstancias, que por mas difícil parezca la situación, siempre puede haber una posibilidad de superarlo en base a tener fe en la misericordia de DIOS Todopoderoso, que todo lo puede y sabe nuestro destino, mas aún si no hemos cumplido nuestro ciclo en este mundo terrenal; en la capacidad profesional y humana del médico tratante, y en nuestra propia fe que mueve montañas, que comprendamos que aún podemos ser útiles a la sociedad y a nuestras familias.”
Tambien Víctor Unyén Velezmoro se encarga de recordarnos en sus publicaciones que ha recibido múltiples condecoraciones y reconocimientos por parte de diferentes instituciones locales, nacionales e internacionales; prácticamente más que cualquier otra personalidad de Chimbote. Seguramente también, con el tiempo, alguna plaza o calle o colegio llevara su nombre, como el de otros hombres que han contribuido a esa tierra; aunque seguramente lo que más perdure sea la memoria de alguien que realizo la labor pedagógica de enseñar a los Chimbotanos a querer a su tierra, a valorarla, con hidalguía y entereza. Por eso, en cada niño o joven que sienta lo mismo que él, estará garantizada la prolongación de una vida mejor para una ciudad horrible como nuestra.
Diario “La Industria de Chimbote” Miércoles, 20 de enero de 2 010 – página Editorial.
sábado, 30 de enero de 2010
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