NOSTALGIA
De: Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
Estoy sentado cual espectador impávido,
tratando de ser indiferente
al instante crucial que me rodea;
más no puedo evitar que la nostalgia
del ayer impulse nuevos bríos,
a mi condición de asalariado
de un mundo cortante, móvil,
que se escapa núbil de las manos.
Es el momento crucial de lo indefinido,
que persevera mantenerse
en un mundo mutante, imperfecto,
a veces sórdido, implacable;
entre los glóbulos rojos
que recorren cada milímetro
de las arterias de mi cuerpo,
mundano y a la vez divino.
Soy, sólo un número impar
en la vastedad del universo,
con un código genético
que se repite cíclicamente;
y en cada retorno inmaculado
vivo las experiencias
de mundos inconclusos
que coinciden en mi edad exacta.
Yo soy de este y también de otros mundos,
que cortando el tiempo
se adentran en la historia;
se alargan hasta desaparecer finitos
en cada recodo de una esquina vertical
que cae en el oasis de la esperanza;
en la seguridad
de volver a renacer en cada aurora.
Y en cada linea no escrita,
sobre una hoja plana
de mi cuaderno marchito
de esperanzas rotas;
horizontal me levanto sobre mis huellas,
incrédulo y sorprendido;
para empezar nuevamente a navegar
en el silencio de las tardes grises.
Entonces ¡Vivo! trato de sobrevivir
en el calvario de mis penas.
Sobre mis dudas y temores
entrelazo mis ideas vanas,
llevando sobre los hombros
canciones hechas poesía,
y la alegría de vivir "siempre
de pie y nunca de rodillas".
Chimbote, 10 de Noviembre del 2008
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martes, 11 de noviembre de 2008
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