martes, 13 de octubre de 2009

MI LUCHA CONTRA EL CÁNCER - PARTE I

MI LUCHA CONTRA EL CÁNCER – PARTE I
Por: Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
El año 2005 fue funesto para mi familia, en el mes de junio de ese año, mi madre Victoria Velezmoro Alva, como producto de la hipertensión sufre un derrame cerebral que la llevó a permanecer por quince días en cuidados intensivos del hospital de EsSalud de Chimbote; mi padre Nolberto Unyén Peláez, a la semana de ese percance ante la nostalgia de su compañera de toda la vida, más de sesentaicinco años de matrimonio, cae enfermo y de un simple transtorno estomacal se complica y fallece el 23 de junio en el hospital de La Caleta de un infarto cardiaco; el gran deportista de la década del treinta, ofertó probablemente su vida para que mi madre cual milagro empezara a recuperarse y continuar un largo tratamiento en su casa que hasta ahora continua.
La sensible pérdida de un ser tan querido se atenuó un tanto con la lenta recuperación de mi madre; pero el destino procuró que se cumpliera la trilogía, y a fines del mes de julio de ese mismo año encontrándome en la Institución Educativa “Santa María Reina” donde laboro desde hace más de 26 años.
El día primero de agosto de ese año por la mañana, sentí la necesidad de miccionar dirigiéndome al baño y al hacerlo observé en la mayólica que había eliminado un trozo como gelatina del tamaño de una uña, alarmado solicité el permiso respectivo al director, dirigiéndome raudo a mi domicilio, al llegar comuniqué a mi esposa Dany Kuzma Alfaro lo sucedido, tomamos un taxi que nos llevó a Emergencia del Hospital de EsSalud, llevando un frasco con la orina rojiza.
El médico de triaje entre incrédulo, dudaba en darme el pase respectivo por el que tuve que exigirle con la evidencia del caso, otorgándome para medicina general; en el pasillo esperamos al médico que me atendiese, pero solamente habían dos jóvenes presumiblemente estudiantes de medicina de la Universidad San Pedro; mi preocupación se la hice notar a mi esposa ¿qué me van a recetar estos jóvenes?. Pero en ese instante cual ángel salvador, una amiga psicóloga que trabaja en otra área del mismo hospital al pasar junto a mí, me preguntó qué hacía en ese lugar, y al explicarle dijo, ¡esto pertenece a cirugía!, me solicitó mi DNI y salió hacia la oficina respectiva para retornar llamándome con dirección al consultorio adjunto, presentándome al médico que resultó ser su esposo; éste, interesándose hizo una llamada a la especialista de urología para que viera el caso, al llegar solicitó análisis de sangre, orina y una ecografía. Me hicieron los análisis respectivos, dirigiéndome luego al consultorio para la ecografía, esperé un momento al médico, al salir le entregué la orden, recibiéndola me dijo, que no era factible porque tenía que venir del consultorio externo; le manifesté la urgencia y mirándome después de leer el apellido me preguntó ¿qué es de usted el escritor? Respondiéndole, Yo soy el escritor; me dio la mano, me hizo pasar y empezó a tratarme. Al terminar esperé en el pasillo para luego entregarme en un sobre engrampado el resultado. Con el resultado en la mano retornamos al consultorio de Emergencia, pero antes en el trayecto traté de enterarme del diagnóstico. CARCINOMA III EN LA VEJIGA, le dije a mi mujer serenamente ¡TENGO CÁNCER!, empezando en ese momento mi vía crucis.
Le entregué el sobre al médico cirujano, al conocer el diagnóstico me miró creyendo que yo no sabía, me dijo que me vaya tranquilo a mi casa que él me llamaría más tarde luego de coordinar con la uróloga; así lo hice, estuve toda la tarde esperando la llamada que recién se cristalizó a las 6 p.m., citándome para el día siguiente en el consultorio de urología . Esa noche fue de pura tensión.
El día siguiente, estuve puntual en la cita, hasta que llegó mi turno, la médico fríamente me dijo lo que tenía, que escogiera para mi tratamiento la ciudad de Lima o Chiclayo. Pero que eso no era problema, porque la ciencia había adelantado tanto, que si había de operar y extraer mis órganos, se opera y se reconstruye la vejiga con mi propio intestino.
Al salir de la cita médica y encontrándome fuera del consultorio la amiga Elsa Oré La Torre de Reyna, probablemente viéndome preocupado, me preguntó ¿qué tienes? Le conté lo que me sucedía. Alentándome me dijo ya vuelvo, espérame. Al regresar me alcanzó una biblia, nos despedimos.
Con la preocupación y la urgencia del caso traté de volver a entrevistarme con la uróloga, la que se hizo esquiva, por lo que traté de comunicarme con su colega el Dr. Carlos Morales que se hallaba de vacaciones, ubicándolo en su domicilio me citó en su consultorio el día viernes 12 de agosto, practicándome al día siguiente una citoscopía con la respectiva biopsia que llevé al consultorio de la Dra. Casas, la que después de casi una semana (miércoles 17.08.05) confirmó el Carcinoma III en la vejiga.
Empecé a ir más seguido a misa, los hermanos del Señor Crucificado de Santa, me invitaron para dar el mensaje de saludo en el atrio, al salir en procesión de la Parroquia durante la fiesta patronal del segundo domingo de agosto, para ser más exacto el 14 de agosto.
Con los resultados el Dr. Morales me citó el día jueves 18 de agosto al consultorio de Urología de Es Salud, ordenó una serie de exámenes de riesgo quirúrgico, mientras se hacían los trámites de referencia y contrarreferencia para el Hospital “Edgardo Rebagliati Martis” de Lima; la uróloga me había dicho que era bastante difícil, que iba a demandar tiempo en conseguir la cita; los exámenes de riesgo quirúrgico, los hice en tiempo récord gracias al apoyo de amigos que trabajaban en el Hospital de Es Salud de Chimbote; algunos de los cuales ya no están porque se me adelantaron en ese viaje hacia la dimensión desconocida, tales como los doctores Pastor La Rosa y César Heredia, a ellos mi eterno agradecimiento.
Mientras tanto en Lima se movilizaban los familiares de mi esposa, los amigos de la Casa Nacional de Poeta, presidido por José Vargas Rodríguez, para conseguir la transferencia al Hospital Edgardo Rebagliati Martis en Lima, que se logró en el mes de agosto.
Mientras las gestiones se realizaban, muchos amigos se interesaron en mi salud, Gilberto Gadea Wong, me visitaba todos los días para practicarme Mahikari; los de una empresa norteamericana de medicina natural me enviaron a su médico, quien me recetó: Morinda citrifolia más conocida como Noni, cartílago de tiburón, Pau D’ Arco, también tomé Liquid Chlorophyll, para purificar y desintoxicar la sangre; tres veces al día, unos antes otros después de los alimentos; una mañana pasó por mi domicilio el pastor evangélico Samuel Rodríguez quien trabaja conmigo en la I.E. “Santa María Reina”, para cancelarme de un libro que le había vendido, al enterarse de mi situación me preguntó si podía orar por mí, le dije que no había problema y lo hizo con tal devoción que me enterneció; alguien mencionó sobre una señora evangélica que curaba con cuyes en el pueblo joven San Juan, la visité el domingo 21 de agosto, recostado sobre una cama al pasar el cuy sobre la zona de mi vientre, el cuy daba unos lamentos que intensificaba el rezo de la señora, la que continuó hasta la muerte del cobayo; procediendo luego a abrirlo por el vientre notándose en la zona de la vejiga unos tumores como frijoles y una mancha de sangre que empezó a limpiarla; confirmándome lo que yo sabía que tenía pero ella desconocía sobre mi visita; al otro día la llamé por teléfono para ver que noticias tenía, manifestándome que iba a salir bien de la operación.
El 23 de agosto llamó a mi casa la Secretaria de Gerencia del Hospital Rebagliati solicitando con urgencia mis documentos; el 24 recibí la visita de los amigos: Irene Arias Romero, Víctor Hugo Milla, Juan Carrión Colonia, Gilberto Gadea, un día después lo hizo el profesor Roberto Díaz Valencia. El sábado 27 Es Salud me hizo entrega de los documentos y pasajes para Lima.
Mientras preparaba el equipaje para el viaje a Lima, mi esposa Dany me hizo notar la biblia que me había obsequiado mi amiga, la que había anotado: “Víctor Unyén V. Lee para ser sabio, cree para ser salvo y practícalo para ser santo. 09.08.05 Elsa de Reyna”, le dije, ¡colócalo!.
El domingo después de misa fui a despedirme de mi madre y el lunes 29 de agosto junto con mi esposa nos embarcamos con destino a Lima, para empezar la Odisea de mi lucha contra el cáncer. Lo más importante es que conservaba el ánimo para no dejarme vencer.
El miércoles 31 de agosto a las 11.30 a.m. fui atendido en el consultorio 33, … Continuará …

1 comentario:

Marbhy dijo...

Que valentia Profesor!!!