sábado, 17 de octubre de 2009

MI LUCHA CONTRA EL CÁNCER - TESTIMONIO II

MI LUCHA CONTRA EL CÁNCER – TESTIMONIO II
Por: Víctor Nolberto Unyén Velezmoro
Chimbote es una ciudad bulliciosa y progresista situada al norte de Lima la capital del Perú, que a mediados del siglo XX fue considerado como el Primer Puerto Pesquero del Mundo, por su ingente producción de harina de anchoveta con destino a diferentes países; por la producción de acero a través de la Empresa Siderperú. En la actualidad cuenta hasta con cinco universidades donde los jóvenes chimbotanos se preparan para enfrentar el reto del futuro, cuna de esforzados trabajadores y bellas mujeres, donde se mezcla al trabajo y la capacidad intelectual que la hacen una de las ciudades más importantes del Perú. En este paradigmático puerto nací el 22 de enero de 1 943, al que he tratado de dedicarle mi mayor esfuerzo.
Luego de detectado y confirmado el carcinoma III en la vejiga, en el tiempo récord de quince días se completaron todos los análisis y quedé expedito para el viaje a Lima, la capital de la república, sería atendido en el Hospital de Es Salud “Edgardo Rebagliati Martis” uno de los más importantes del país. En el Hospital de Es Salud de Laderas del Norte de Chimbote, me entregaron a través del Dr. Beltrán y la Srta. Keyla, la cita médica para el día miércoles 31 de agosto del 2 005, con los pasajes respectivos.
El urólogo Dr. Carlos Morales me otorgó Licencia con goce de haberes por quince días, de igual forma, el profesor Roberto Cano Chavarría, director, las sub directoras: profesoras Inés Cribillero Luna, mi comadre; Flor Hinostroza Vértiz, y la secretaria Emperatriz “Techy” Saldaña, de la I.E. “Santa María Reina” de la Urbanización “21 de Abril”, quienes me brindaron todas las facilidades que necesité en esos momentos tan difíciles; como es la tramitación de las licencias respectivas ante la UGEL que yo remitía desde Lima; no puedo pasar por alto, el gesto de los Magísters: Aniceto José Vásquez Pérez, Director General, Carlos Mendoza Hernández, Director Académico, de la Universidad César Vallejo de Chimbote, que en un gesto que los enaltece me brindaron todo su apoyo durante mi odisea en Lima. No puedo omitir a mis colegas de CTA que siempre estuvieron interesados por la recuperación de mi salud.
En Lima fuimos recepcionados por mis cuñados, siendo trasladados al domicilio de la mamá de Dany, la Sra. Rosa Andrea Alfaro Cáceres de Kuzma; mientras llegaba el día de la cita, mi sobrino Omar hijo de Lenin nos invitó a asistir a una Misa de Oración por Sanación del R.P. Manuel Rodríguez, que en verdad fue bastante estimulante y esperanzador; nos obsequió un libro y un CDI que lo conservamos con mucha devoción.
El miércoles 31 de agosto a las 11.30 a.m. fui atendido en el consultorio 33 de urología, hice entrega de los documentos que traía de Chimbote, el médico los revisó y me citó para el mes de noviembre; al llegar a la casa desanimado la Sra. Andreíta se alarmó y casi llorando me dijo ¿Cómo te vas a regresar así? ¡Te han hecho ya una biopsia en Chimbote!, voy a comunicarme con “Coco” que así llaman a mi compadre Lenin, el que logró conseguir una nueva cita con el Dr. Víctor Luna Martínez, Dios me puso en su camino, un gran profesional médico urólogo, humano y del que me siento honrado de haberme convertido en su amigo. Ordenó se me hicieran nuevamente todos los análisis, los que llevé de Chimbote solo la ecografía me sirvió; estos corroboraron el carcinoma III, el diagnóstico de la Dra. Casas y del Dr. Carlos Morales, fue exacto.
Por esos días había escrito estos versos:
¡Oh Dios Padre Omnipotente!
Que me comprendes, redimes y sanas.
Te pido perdón por cada culpa acumulada
en el código genético de mi historia.

Desesperado clamo desde tus llagas
¡Milagro! Clemencia para mis penas.
La misericordia de Dios es grande
Para él no hay imposibles ¡Todo lo puede!

Padre retorno a ti en cada rezo
prolongado sin límites de tiempo.
Siento una gran energía que me redime
¡Oh mis pecados! Perdonas y sanas.

Sumiso, he acudido a la ciencia,
pero te he entregado el alma ¡Oh Padre mío!
Te he pedido con todo fervor que cures
mis males del cuerpo y del espíritu.

Guía la mano del gran médico
Que extirpe el cáncer que llevo
clavado cual espina en el alma y se
que seré curado ¿Porque Jesús en ti confío!.

Ya internado fui programado para ser operado el jueves 15 de setiembre del 2005, necesitaba dos unidades de sangre, tenía una que la donó Mery Angulo, la otra, el Dr. Luna me garantizó ante el Banco de Sangre del Hospital; el día anterior a la operación – el 14 - cometí un error imperdonable, tomé una aspirina, por lo que el médico ordenó que me sacaran sangre e hicieran una prueba de coagulación, la que felizmente arrojó un resultado dentro del rango normal; me salvó que anteriormente había tomado Liquid Chlorophyll, por lo que el Dr. Luna ordenó proseguir con la operación.
Esa mañana del 15, Dany Kuzma Alfaro, mi querida esposa, preocupada pero optimista en el piso doce, a las 7 a.m. me vio pasar en la camilla, cuando me trasladaban al quirófano; allí sereno, confiado en Dios y en mi médico, vi ingresar al Dr. Víctor Luna Martínez con su mandil blanco impecable, y a los demás profesionales de la salud que intervendrían, luego el anestesiólogo me adormeció medio cuerpo y empezó la operación quirúrgica en la vejiga. En verdad no sentí dolor alguno hasta que terminada la operación que fue un éxito, me llevaron a la sala de reposo para de ahí trasladarme posteriormente a la sala respectiva. Allí estaban junto a mí, Dany y sus hermanos.
El día lunes 19 de setiembre, a las 10 a.m. me dieron de alta, salí del Hospital con una sonda para miccionar en una bolsa de plástico, con los medicamentos Spirodix 500 (Cefalexina) para la infección, que tomé cada 6 horas y Paracetamol para el dolor; el martes 20, se me presentó una alergia en el muslo izquierdo; el miércoles 21, cumpleaños de mi hijo Víctor Bratzo, el dolor empezó a ser más intenso por lo que me recetaron Keteralaco 10 mg., la alergía persistía, el viernes 23, empiezo a tomar N Flox (Norfloxacina 400 mg) por que hago fiebre de 38ºC; el sábado 24, llamamos de urgencia al celular del Dr. Luna que llegó al domicilio de mi suegra en La Molina, era las 11.30 a.m., procedió a sacarme la sonda, quejándose que PADOMI no me hubiera visitado, tenía 40ºC de fiebre, recetó Cinaflox en cápsulas y Paracetamol; al no ceder la fiebre lo volvimos a llamar a las 4 p.m. y recetó Akibiot ampolla, la primera me la colocaron a las 8.15 p.m. con Fenalgina R.; a las 9 p.m. vomité el caldo, tratamiento para cinco días en que debería ceder la infección. La fiebre persistía no bajaba de 38.5ºC, por lo que volvimos a llamar al Dr. Luna el día miércoles 28, quien se preocupó porque los medicamentos no habían hecho su efecto, presentándose signos de estreñimiento; citándome al Consultorio de Urología para el día 30 a las 10 a.m. logrando internarme de urgencia nuevamente en el piso 12 del Hospital “Edgardo Rebagliati Martis”.
Otra vez solo, empezaron a colocarme cada 12 horas por vía intravenosa unos medicamentos contenidos en bolsas negras, que llamaban arrastreros, porque según ellos barrían con todos los microbios; pero transcurrían los días y la fiebre no cedía; me acondicionaron un televisor que llevaron de la casa para distraerme; después de una semana volvieron a hacerme análisis de sangre, orina, placas de rayos X, ecografías, pensaban que era producto del cáncer, pero felizmente no encontraron nada anormal. Que angustiante fue para mí cuando el médico que me pasaba el ecógrafo por cada órgano de mi cuerpo, le iba dictando a la secretaria, estómago bien, hígado bien, riñones bien, yo escuchando entre mis plegarias, rezando al todopoderoso que no me encontrara nada malo, imagínense que hubiera oído en ese instante vejiga con …..
A mediados del mes de octubre, se comunican con el departamento de inmunología, el médico especialista me visita, conversa conmigo, me toca el estómago ¡tiene fiebre! y ordena que me quiten todo tipo de medicamentos; luego de casi una semana en la que me controlaban solamente la fiebre, me sacan muestras de sangre y orina para hacer un urocultivo y antibiograma, el que después de varios días el resultado fue que había sido infectado por una PSEUDOMONA hospitalaria, y que el único medicamento que podía salvarme era el Ulipenan. Habia que conseguir ese bendito medicamento, creo que tuvieron que importarlo. La pseudomona, me había contagiado en el hospital luego de la operación en sala. Esa temida bacteria, creo que fue la misma que mató a la modelo brasilera, y a tantos otros pacientes en nuestro país; y yo la tenía y no podían combatirla con la medicina existente en ese momento.
Durante ese tiempo de hospitalización estuvo junto a mí permanentemente, mi esposa Dany que se las ingeniaba para poder introducir frutas u otros alimentos al hospital; llegaba temprano y se iba de noche, comunicándonos por teléfono cada vez que llegaba a la casa quedándome tranquilo luego de oir su voz; me visitaron mis tíos Daniel y Antonia Ascurra, las hermanas Rosa e Hilda Neyra Arce, Nona Linares, Julio y Nimia Cielo, Marina Cabanillas Velezmoro, mis cuñados Kuzma Alfaro; debo resaltar el gesto de mi tío Elías Ascurra y su esposa Alex, que me visitaron casi todos los días, llevándome algunos alimentos deliciosos sin sacarosa para ver si así me hacían comer ya que se me había quitado el apetito y cada vez estaba más flaco de lo que ya era; con mis hijos y hermanos la comunicación fue permanente; mi madre continuaba con el tratamiento que hasta hoy sigue; muy estimulante fue escuchar la voz a través del hilo telefónico de un verdadero amigo, hermano, como Percy Roblez Guibovich, que hasta ahora se interesa por mi salud; la de Nicolás Centurión, entre otros, miembros de la Casa Nacional del Poeta. José Vargas Rodríguez y Ligia Balarezo Mesones, me visitaron en la casa de Lima. Me informaron que el R.P. César Vásquez durante la misa oraban por mi salud, entre tantos otros amigos como los hermanos Reyna.
El día 17 de octubre, hubo una Junta de médicos que opinaron por extraerme los órganos que conforman mi vía urinaria; esa noche probaron con una ampolla de Ulipenan y por primera vez después de casi 25 días internado amanecí sin fiebre.
Cada mañana al despertarme, leía todo lo que tenía a la mano, periódicos, revistas; había empezado a leer la biblia que me obsequió mi amiga Elsa La Torre de Reyna.
El día 18 de octubre del 2005, lo mantengo vivo en mi recuerdo, porque después de más de 25 días había amanecido por fin sin fiebre, estuve casi todo el día esperando que me colocaran la segunda ampolla y nada, temprano había tenido buenas noticias, el Dr. Víctor Luna Martínez , como todos los días pasaba a visitarme, esa mañana especial me dijo, Ya no lo operan, estos resultados son los que valen, no han encontrado ningún vestigio del carcinoma en la vejiga; le agradecí al doctor su gesto y a sus manos maravillosas, ya no me extraerían los órganos, había que empezar otro tipo de tratamiento; ese mismo día, mi cuñado Carlos, el popular “Caliche” ascendía a Coronel de la FAP, y mi cuñada Kellyta había ganado para ser Notaria abogado en Supe – Barranca; pero yo continuaba nervioso no había cuando llegara la enfermera con la ampolla, mi esposa quien suele vestir por estas fechas de octubre el hábito del Señor de los Milagros se encomendó a él, y el milagro se obró, pues precisamente a las 6 p.m., coincidentemente con la procesión del Señor de los Milagros, llegó la enfermera con la ampolla de Ulipenan, y a partir de ese momento me empezaron a colocar hasta un total de 25 ampollas, primero cada 6 y luego cada 8 horas, salvándome una vez más la vida. Continuará.

2 comentarios:

Marbhy dijo...

De verdad doctor me siento una admiracion muy al conocer a una persona muy culta y sobre que incentiva la cultura.

Marbhy dijo...

De verdad doctor, siento una admiracion muy grande, al conocer a una persona muy culta y sobre que incentiva a la juventud para que valoren su identidad y su cultura.